9ª Hoja. Maestría

Busquemos la Sabiduría a través del aprendizaje interior y nunca nos consideremos enseñadores sino alumnos, sabiendo discernir con amor y libertad, la vida espiritual de la material.

La humildad y la sencillez son los pilares básicos de la Maestría.

La humildad es la divisa del alumno, del aprendiz, del que sabe de sus limitaciones y de sus debilidades, de la persona que ama a su prójimo de forma desinteresada, incondicional, con espíritu de servicio, sintiendo que es igual al otro, diferente, pero igual, para nada superior. Es la lección que más duele, pues es la que de algún modo planta cara a nuestro ego y le hace retroceder en su orgulloso avance interior.

La Sencillez hace que se nos abran las puertas de la Aceptación y de la Corrección, del repaso de nuestros valores, de nuestras actitudes…. haciéndonos al mismo tiempo fuerte de espíritu. Porque Aceptación y Corrección es el aprendizaje que interactúa con la Libertad, esa gran divisa que nos proporcionará la autonomía y la confianza suficientes para ser capaces de comprender y corregir nuestros rumbos de vida. Es un estado de fuerza, de acción, que nos conducirá directamente a la autoestima, a la determinación por el logro de nuestros propósitos, haciendo al mismo tiempo que nuestra intuición se afiance y nos aleje de los peligros del mal, de la adversidad, haciéndonos conscientes de que debemos separar el “trigo de la cizaña” o “Arar y Abonar” el camino para plantar las semillas de nuestra espiritualidad, y de este modo alcanzar la Sabiduría o Maestría.

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