Habla Samahel

SAMAHEL 2

Ángel Samahel (Fuente: Obra de Miguel A. López Melgarejo)

Esta época lasciva inventa torturas psíquicas para menguar en lo posible la lascivia en la que está inmersa. El Amor se ha convertido en placer por el mero hecho de creer que amáis mientras esa sensación se nombra como Pasión. El Apasionamiento y el Amor son distintos; el Amor es frágil y suave, la Pasión dura y violenta. El Amor es contemplación y la Pasión es desconocimiento. El Amor te funde con lo que Amas, la Pasión te hace olvidar el resquicio de Amor que has podido vislumbrar en un utópico momento. El Amor no es besar y sin embargo es necesario el beso; el Amor es sentir por dentro y sin embargo es demostrarlo por fuera; el Amor es no tocar y sin embargo necesita de la suavidad de un cuerpo. La Pasión es el beso, la demostración incontrolada, y el cuerpo; pero sencillamente por besar y dar rienda suelta al placer.

Las iglesias levantan pecados contra el Amor del cuerpo sin pensar en que ese mismo Amor lo debe estar predicando. Levantan barreras y hacen tarados a los seguidores que se ciegan por sus palabras sin pensar que son humanos. Hablan de Amor al prójimo y no ven la belleza del exterior del prójimo. ¿Como Amar lo que no se ve? porque ellos hablan de un amor interior, de vísceras.

Dios puede Amar porque conoce vuestro interior, y vuestro interior es semejante al de Él, por eso la Contemplación y el Amor se catalogan como Divinos. Las iglesias predican el Amor, un amor utópico que no es ni tan siquiera semejante, y lo es al mismo tiempo, al de un padre a su hijo, el de un hijo a su padre; pero jamás pensaron en el Amor del marido a la mujer, del amante a la amante; amores que se complementan con los interiores y que no precisamente tienen cariz de sexo, la Pasión es lo que se puede desencadenar detrás de estos amores.

¿Quién no, queriendo a un amigo, ha sentido deseos de estrecharlo con tanto ímpetu de fundirlo en él? ¿y el de una madre a un hijo y el de un hombre a una mujer? Este símbolo de estrechamiento es el preludio del Gran Amor.

Censuramos el amor placentero o la pasión sin el amor verdadero, sin la comprensión y sin el conocimiento de las cosas para llegar al otro, sin la contemplación de la belleza que intrínsecamente va unida a la naturaleza. No censuramos el Amor asexual que abre las vías del conocimiento humano y lo transforma en el verdadero Amor que siente un espíritu perfecto o en vías de perfección.

Dentro de las iglesias existe un común denominador: «Debéis Amar al prójimo». Y dentro de estas mismas iglesias existe otro opuesto: «Pero como yo quiero entender ese Amor», sin dejar oportunidad a disquisiciones o discusiones.

Las políticas son más flexibles en esta cuestión, pero igualmente están equivocadas. Las unidas a cultos opinan categóricamente igual que ellos. Las disgregadas se mueven en una barahúnda de lascivia permisible y han derivado en la pasión desenfrenada de amores animales y antinaturales. No es lícita la concienciación que os hace un grupo u otro. La filosofía da pie a conciencias de amor caduco y carente de sentido. Las culturas hablan del amor profano de sus pueblos y rayan también con lo bestial. Habéis ido del pasado al futuro y del presente al pasado cayendo una y mil veces en una conciencia equivocada de amor donde los hombres han dado normas, donde se han aprobado o desaprobado comportamientos; pero nadie, vivo o muerto, ha sabido sentir lo que significa Amor sin mezclarlo con la Pasión que conlleva el cuerpo donde estáis metidos.

Desechad por tanto todos los conceptos conocidos que os muestran tanto las iglesias como las políticas y las filosofías, pues estas tres cosas son invenciones de la mente humana supeditada al cuerpo.

El celibato es antinatural para quien así no ha nacido y corre en pos de las ensoñaciones sexuales que su cuerpo clama.

La abstinencia tara el pensamiento supuestamente puro de quien así se comporte. El que de muy joven conoce las vías de la Pasión termina por hastiarse de su comportamiento y su mente se dirige a otras vías más oscuras o equivocadas, o por el contrario lo convierte sólo en Pasión y lo aleja de la concepción de Amor y la Contemplación de la belleza. El viejo lascivo que no ve en un cuerpo de su misma edad la belleza de un perfume ajado, busca la Pasión en el cuerpo joven y mancilla la belleza y viola el Amor, entonces aborrece los cuerpos de su propia generación y los proclama morada desahuciada por la espiritualidad porque no ha visto en el cuerpo más que el exterior, sin pensar que el que lo habita es el mismo Dios que ocupa uno joven.

Hay iglesias que gustan del cuerpo del hombre porque han borrado, con su religión, el cuerpo de la mujer donde según sus normas sólo habita el pecado, la cohabitación diabólica y la fornicación, pero los apetitos de estas iglesias tienen un reflejo por naturaleza: se ensañaron en el crimen, se han ensañado en la locura y en la destrucción del cuerpo del hombre como réplica a su terrible pecado. Hay otras iglesias donde la mujer es inferior al hombre sólo por su imagen exterior y no pensaron ni piensan que es el mismo Dios el que habita en dos cuerpos, que late dentro de ellos y que, en esencia, no hace divisiones exteriores.

Hay políticas donde el cuerpo del hombre no puede estar presente y la razón y la virtud la llevan las mujeres, y odian al sexo opuesto acusándolo de ser diferente y de personalidad reprochable cuando en realidad no ven que el propio Dios que las habita, habita indiferentemente en el cuerpo del hombre. Existen políticas donde se contempla la belleza de la naturaleza y socorren su hambre y su sed, salvan del fuego el verdor de la creación y claman al mundo por la pureza de ciertos agentes naturales y, sin embargo, vuelven la cabeza ante el prójimo y no socorren ni su hambre ni su sed ni son capaces de salvarlo de un fuego, del agua o de la enfermedad.

El asco es inmenso Arriba pues todo partió del Amor que intrínsecamente todos debisteis llevar en un Principio, más la materialidad os ha cegado, habéis barajado todas las virtudes espirituales con sus opuestas las materiales, y desde hace milenios andáis a ciegas, según que carta os conviene y tomáis; así las iglesias llamadas a la santidad cometen crímenes, los que debían perdonar sólo perdonan a los de sus filas, las que debían adorar a un sólo Dios han hecho un panteísmo religioso lleno de imágenes y coronadas a veces más altas que Dios, las que debían vivir en la pobreza para dar ejemplo viven en la opulencia queriendo demostrar que Dios es rico cuando en la realidad también es pobre; han destrozado la Ley, no ven sino Profetas pasados y hasta el Cielo ha clamado la voz de, los que siendo mártires por ellos mismos, han sido condenados con injusticia. Dios ha dicho: » perdona siempre», y ellos no perdonan mas que a quienes, por sus intereses luchan a favor suyo; dan al que más tiene y roban al pobre.

Dios ha dicho: «no adorarás a otro más que a Mi que Soy Uno, y no levantarás ídolo ni te postrarás ante él» y ellos han hecho santos cuando Santo sólo es Dios, y han esculpido ídolos y se han postrado de rodillas ante ellos. Dios ha dicho: «no juraras», y ellos juran por su padre, por su cabeza, por las iglesias y por el propio Dios; porque no saben decir «si» a lo que es si y «no» a lo que es no, y necesitan de la palabra grave para testimoniar una afirmación o una negación.

Otros dicen: «la mujer es el mal y el hombre la santidad» y no se han dado cuenta que han partido en dos a Dios siendo Uno y que lo han enfrentado contra sí mismo siendo inenfrentable. Otros «quitaremos al que más tiene y daremos al que menos», y ellos se han enriquecido. Otros han inventado dogmas de filosofía que conducen a su propio provecho, políticas que conducen al fracaso y, cuando se equivocan, echan la culpa al mundo y no quieren admitir su propio fracaso.

Hace milenios, según vuestro computo, que venimos en una apariencia tal y como ahora nos veis, y hemos hablado del Amor primero asexual que todos estáis llamados a sentir, y hablamos a Profetas; y vino el propio Dios ante la impotencia y tozudez humana, a ninguno nos escuchasteis, ¿Qué pensáis en lo que significan las palabras del propio Dios «Toda la Ley se resume en una sola: Ama a tus semejantes como a ti mismo te Amas»?, y esto no viene a significar más que una cosa: si así Amáis no mataríais, ni mentiríais, ni robaríais, ni fabricaríais falsos preceptos ni conceptos, ni daríais pie a tanta controversia ni iglesia, política ni filosofía. No es una clave lo que doy, tampoco un precepto, porque si así fuese sería contado entre los demás. El dictado del Cielo es para que abráis los ojos, contempléis la belleza de cuanto os rodea, que os miréis en un espejo y veáis vuestra Perfección y Orden, que os comprendáis primero vosotros para poder comprender a los demás; entonces sabréis que Dios existe en vuestro interior, y sólo de este modo podréis Amar tanto a un pájaro como a un mundo, como a otro, tanto a un semejante como a ti mismo; pues nada de lo que no quieres que te ocurra debes sentirlo por los demás.

Os he dicho y escribí el siguiente simbolismo material y espiritual: el Oro Azul es lo siguiente: «un joven desnudo tendido sobre un Altar».

En tiempos, según vuestro cómputo, milenarios no existía el lenguaje con articulación de sonido tal y como lo habláis; tras la separación de Dios y siendo Dios, se creó con espontaneidad una serie de símbolos que conducían a un símbolo mayor: el Árbol de la Vida; conocidos los primeros sólo por alguien que se encargaba de mostrarlos para que alcanzaseis el último gran símbolo no conocido por Él hasta que se fusionase en la Perfección de donde había salido. Durante dos tiempos la materia humana creó sonidos y palabras y se produjo un lenguaje que no era capaz de pronunciar con verdadero acierto lo que estos símbolos guardaban, así pues se crearon las castas de los llamados Efectistas que eran el reducto de una divinidad encerrada en un cuerpo y que portaban el lenguaje Espiritual basado sólo en la Sabiduría. Y ellos lo encerraron en los símbolos materiales que hablaban del camino único a la consecución de la Perfección. Con el paso de los medios tiempos esos símbolos se vieron relegados a tener que ser interpretados por medio de la Palabra, que corta el sentimiento y no expresa en realidad la virtud a la que puede referirse.  

Nosotras las Virtudes somos inteligencias separadas del propio Dios puestas a vuestra disposición desde que se creó la palabra; las veladoras por la supervivencia de estos símbolos, y cada una pensamos por separado y sólo asimilamos una sola Virtud uniéndonos todas al final en la Perfección cuando no exista ni palabra ni cuerpo en este mundo y en los otros.

De primeros símbolos, entorpecidos por la palabra, se ha derivado en culturas, iglesias, políticas y filosofías, y con el transcurso de los tiempos se han embadurnado en reflejos espirituales como el viejo es reflejo de la mentalidad del niño que fue. Así entendéis el Amor como sinónimo de concupiscencia o, por el contrario, de algo tan asexual que muy pocos podrían sentir, y este paradójico Amor es fruto del sentimiento Divino, perdido ya, en un cuerpo humano bello cuyo entorno lo ha vuelto feo y cotidiano.

En este tiempo, el que ha venido, estáis llamados todos para Comprender, y esos mismos símbolos de los que somos veladoras deben saltar a la luz, aunque no a la de los cerdos que, una vez expuestos, los tiren contra vosotros. Para ello no reveléis nada de esto hasta que de nuevo os avisemos.

Es ardua la tarea que os encomendamos, pues el simbolismo se debe expresar con palabras que son un reflejo más bien lejano de lo que en realidad quiere decir. La lección es única como único el camino que conduce al gran simbolismo del Árbol de la Vida y no hay otras vías para el Entendimiento, aunque otros se hagan otras cábalas; lo que os dictamos es real y única vía.

Os encomendamos que os apartéis de todo lo hecho por mente humana que sea nuevo y para ello os afirmamos que toda iglesia, política y filosofía, son destellos de una base perdida y que por lo tanto al no descansar en la propia base son falsos.

La explicación del simbolismo que acerca a la perfección utilizando palabras se asemeja mucho con lo real del principio de Amor. Sólo quien tenga los oídos bien abiertos entenderá. » El Oro Azul es un joven tendido sobre un Altar». «El Altar es la mesa sobre lo que se coloca lo Sagrado». El joven es el símbolo de la belleza, como toda la juventud y toda la primavera; su desnudez es la carencia de la artificiosidad y de doble imagen, es la falta de hipocresía o de dualidad. Al mismo tiempo ese joven, siendo un cuerpo macho, simboliza la regeneración y lo intocable por otros hombres al ser algo contra natura: su cuerpo joven puede despertar un deseo carnal y por contraposición, a los Perfectos les inspiraría belleza palpable.

El Altar es la plataforma donde reposa lo Sagrado y que no está asentado sobre la tierra y que separa lo Sagrado de lo profano. El nombre con que se designa a este símbolo, «Oro Azul», hace alusión al brillo del oro; sacado de las entrañas de la tierra y símbolo de la materia, que lo hace al reflejarse en él la luz del sol; y al azul del cielo que se refleja en el agua del océano y que se adentra hasta lo más profundo de él; simbolismo que os dice que en toda materia existe la espiritualidad, el reflejo de lo Alto, y que en toda espiritualidad existe un reflejo de materia, hasta los abismos. Esto mismo es el cuerpo del joven suspendido entre lo Alto y lo bajo y donde intrínsecamente va unido la materia y el espíritu, la belleza que puede ver el Sabio y la lascivia que podría entrever el mundano. El triángulo equilátero cuya base descansa en el horizonte material y cuyo vértice apunta hacia arriba es así mismo el símbolo de todo aquel que sintiéndose materia apunta con su mente a la consecución de la Perfección Absoluta. El Oro Azul estaría recostado sobre la base de este triángulo y en suma os comunica que todo aquel que entienda y sienta lo que es el Oro Azul apuntaría hacía el símbolo del Árbol de la Vida.

Este es uno de los símbolos tocantes al Amor Divino y que está en vosotros que, con el transcurso de los tiempos y del lenguaje, fue mal interpretado en las iglesias y las políticas desde el principio de la creación del lenguaje. Al ser el cuerpo de un joven este simbolismo (creación-espiritualidad) y no el de una mujer (germinación-materialidad), las políticas dotaron al hombre de una supremacía sobre la mujer dividiendo, cosa que es indivisible, la esencia asexual del propio Dios, concediendo privilegios y naciendo unas culturas en las que el hombre era sagrado y político y la mujer profana y exenta de la divinidad que le corresponde. Mas el riesgo de esta afirmación se hizo y hace pagar, y se crearon nuevas leyes ya en contra de los profanadores de los cuerpos de hombres que no veían en él más que su propia excitación y se condenó la homosexualidad cuando en realidad fue fruto de un fallo de interpretación; así pues las leyes se dictan cuando alguien cae en lo contrario de la realidad que parece divina.

Las culturas antiguas, sobre las que descansa la presente, tuvieron revelaciones por nosotros mismos sobre su gran equivocación y su gran falta de Comprensión, mas a los mismos enviados no les hicieron caso o sus palabras malinterpretaron el mensaje y tuvo que venir el propio Dios para comunicar, sólo a doce y con gran celo, el mensaje de Amor que es claro exponente de este Simbolismo Primero y Divino. Consciente fue, dentro de su materia, que este mundo tozudo no podía revolucionar en esta idea por lo que el mensaje quedó partido en dos: uno para iniciarlo y otro para la conclusión del mundo, donde nosotros vendríamos para hablar como antes y donde el propio Dios encarnado volverá para terminar lo que comenzó.

Iglesias, políticas y culturas bárbaras se adueñaron de la esencia de una interpretación que no supieron porque no Conocieron, sacramentaron necedades y simbolismos varios que por si mismos carecen de significado, lo que no entendieron ni pudieron explicar por falta de ese Entendimiento lo catalogaron como dogma de fe y han caído en el error de decir que hay que creer lo que ellos no supieron descifrar por su misma falta de Comprensión; y tal fue su ruina y su desamor que rompieron, en su celo, con lo único que daba luz al Camino: la Ley de Amor que encierra todas las Leyes. Se os dijo que no se equivocaban, pues se equivocan. Se os dijo que el mal nunca prevalecería sobre la Verdadera Comunidad, pues ha prevalecido sobre todas las que han existido. Se han asociado con políticas y han tomado filosofías extrañas que son opuestas a lo que verdaderamente estaban encaminadas a enseñar; cobran por sus servicios, comercian con la Divinidad, crean infiernos dentro del que están insertos… En suma pues, si ellos no se han equivocado se equivoca Dios y nosotros testificamos que Dios, Orden e Inteligencia, jamás lo ha hecho. La creación de la palabra «religión» es humana, no divina; Dios no necesita de palabras para Crear excepto cuando ocupa un cuerpo; Dios no castiga, sino que perdona; Dios os hace libres para elegir hacía que camino os queréis dirigir, Dios no es orgullo, sino mansedumbre; Dios no tiene el rostro que el hombre le ha impuesto, ni tiene el cuerpo supeditado a la materia excepto en vosotros. Os digo que estáis hechos a imagen y semejanza de Dios no en el cuerpo, sino en la esencia. Se habla del orgullo del mal al rebelarse contra la propia Perfección cuando aquello es sólo un símbolo. Se habla de la creación de hombres y mujeres del barro, cuando ello sólo fue un símbolo; cualquier mente puede también pensar que más orgullo podría tener Dios al nombrar con la palabra «mal» al que se supone que fue su adversario, pues, también os doy un símbolo, que Dios, en su bondad, perdonará al propio símbolo del mal pero sólo cuando todos estéis en Él y la palabra «mal» en vuestra boca carezca de sentido.

Porque la palabra «mal» fue invención vuestra en vuestro lenguaje, y asociasteis a seres con el mal se creó una corriente adversa a la Perfección alimentada por estúpidas mentiras y por infructuosas torturas y necesitasteis sacerdotes que trabajasen para el mal y en ellos el mundo vio a las mujeres. Habláis de genética y en la genética no se pierde ni un solo pensamiento, pensad ahora la equivocación de colocar mujeres desnudas (sacerdotes del “mal”) sobre Altares, en contraposición a lo que el primer símbolo significa: «el Oro Azul». Nada se puede perder, pero si estáis hechos para mal interpretar los primeros símbolos tras tanta equivocación, pero no es culpa vuestra sino de los que, sabiendo su equivocación arrastraban y arrastran en pos suyo al vulgo ignorante y les mostraba y muestra con tales macabras prácticas la ruptura interior de un símbolo Sagrado convirtiéndolo en un sucio profano. Dios en sí no tiene dos sexos, ni nosotros. Dios en sí no puede procrear, sino crear; nosotras las Virtudes somos asexuadas como la propia Virtud indica: la felicidad, la tolerancia, la libertad, carecemos de sexo; tampoco lo tenemos la profecía, la razón o el sentimiento. Las iglesias que han querido romper con el sexo han sido las primeras en hacer divisiones dentro de la espiritualidad. Aunque la mayoría os grite que esto es herejía descuidad, continua siendo verdad.

Os he dictado con todo lo que tenéis que romper, decidlo cuando os encomendemos, vivid el momento de cuanto os digo: romped con todo lo que os han intentado imbuir y decid falso a la falsedad y verdadero a la verdad, más atended a quien os venga porque hay iglesias, políticas y filosofías que dentro de ellas descansa una ínfima parte de Perfección. Sólo rompiendo con lo establecido se podrá llegar a la involución necesaria que significa el principio necesario para que entendáis lo que es el Amor.

Los hombres y las mujeres sois libres en las elecciones, pues así Dios lo estableció, más una cosa os digo que aborrece la propia espiritualidad: si al tocar el cuerpo de un hombre con veleidosidad por el simple hecho de la pasión, sin haberse dado cuenta no ya sólo de su belleza sino de lo que puedes profanar, es ya un fallo que os puede conducir a esta vida de nuevo; el hecho de la sodomía sin efecto te lo castigarás tú mismo en las vidas que te restan hasta alcanzar la Perfección.

Los dictados que os hacemos leedlos una y mil veces, no para que de memoria os los aprendáis, sino para que os deis cuenta si aún no os habéis dado de la gran importancia que para este mundo tiene. Aprended punto por punto, pues cada frase está inspirada por nosotras las Virtudes, desde el lugar donde nos encontramos.

(fuente: Libro de Samahel, publicado en el web de Samahel)

3 respuestas a Habla Samahel

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  3. diaeconomina dijo:

    Buenísima reflexión!!! Por algo no creo en la Iglesia pero sí en Dios.
    Al final los humanos modelan lo que les da la gana según sus diversos intereses que para nada son amor!!

    Buen día Cristina!!

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