Los Reyes de nuestro Templo interior….. Equilibrio y Orgullo

espejo de uno mismo

Los Ángeles nos “dicen” que el Equilibrio y el Orgullo son los dos Reyes de nuestro reino interior, de nuestra dualidad. El Rey del equilibrio que sabe de la Luz del Amor que debe asentarse en nuestro mundo interior y el Rey del orgullo que no sabe que lo es, pues, se cree que también es luz, pero no la reconoce ni quiere que nadie la reconozca, y que en realidad no es otra cosa que nuestra propia oscuridad que por todos los medios quiere ser dueña de ese mundo interior nuestro, impidiendo de muchas formas que no podamos reconocer lo que es nuestra propia sinrazón, creando, entre unos y otros, todo aquello que va en contra del Amor, del perdón y en consecuencia de la UNIÓN que debe prevalecer en todos los que se consideran Caminantes.

Y qué duda cabe que sólo el Amor podrá unir a esos dos Reyes, Equilibrio y Orgullo. Una unión que debe iniciarse desde uno mismo, en consciencia, sin esperar a que lo hagan otros, ya que el triunfo de ese Amor, el de sus energías o virtudes que emanan de él, sólo será posible si somos capaces de mantener bien limpio el “recipiente” que lo resguarda, que no es otro que el de nuestro Ser o “Templo” interior.

Una de las armas o claves para dominar a ese Rey del orgullo es el “espejo” donde nos observamos y cuya imagen la vemos reflejada en otros, cuando en realidad es “nuestra propia cara”. Y para poseer ese «espejo» y reconocernos en él, antes deberemos haber sido coherentes servidores de los demás, sin condicionamientos, conscientes de nuestra libertad a través del Amor y del perdón, y sintiéndonos dominadores de nuestras sombras u oscuridades, que no son otras que nuestros defectos, la sinrazón a la que antes aludía.

Y por supuesto que no sabremos perdonar si antes no hemos sido capaces de reconocer y arrepentirnos de nuestras propias ofensas, con la voluntad firme de no volver a recaer. Si cuando pedimos en oración a nuestro Dios Amor: “perdona nuestras ofensas, al igual que nosotros perdonamos a los que nos ofenden…” será porque previamente así lo hemos hecho.

 

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